Es increíble la fascinación que siempre ha tenido el hombre por la luna generando mitos y leyendas. Hablamos de la importancia que tiene sobre las mareas, la siembra, las cosechas pero la verdad es que conocemos muy poco sobre sus ciclos. Ahora que la astrología está cogiendo tanto auge, estamos más familiarizados con las lunas llenas, las lunas nuevas y los eclipses. Aunque la información nos llega teñida por el miedo, la magia o la rareza. Pero en verdad lunas nuevas y lunas llenas tenemos todos los meses y eclipses todos los años, no es nada raro e inusual. Lo que sí veo es una falta de información generalizada sobre estos ciclos.
Para el lenguaje simbólico que usa la astrología evolutiva, la luna representa el concepto de lo femenino, la nutrición y alimentación como forma de sostenernos en la vida, pero no solo de forma física sino también emocional. Está relacionada con el elemento agua que puede parecer débil pero por todos es sabido que el agua con constancia y perseverancia es capaz de moldear la roca. Ejerce una influencia magnética sobre las mareas pero también sobre nuestra biología. Puede cambiar los niveles de nuestras hormonas pero también nuestras actitudes. Representa nuestro inconsciente personal y colectivo.
Es uno de los elementos más importantes dentro de la astrología evolutiva ya que nos indica cuales son nuestros patrones emocionales para que no caigamos víctimas de nuestras emociones y de las de los demás, traicionando así nuestros verdaderos sentimientos incluso afectando el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Desde el punto de vista de la astrología evolutiva la luna representa el primer paso a tener en cuenta para acercarnos a la felicidad y paz interior que todos necesitamos. Representa la nutrición y alimentación que nos sostiene en la vida. Tiene que ver con el cuidado del cuerpo y las emociones, gracias a este auto cuidado nos sentimos bien con nosotros mismos y somos felices con los demás. Cada vez está más claro para la ciencia médica la relación que tienen algunas emociones y la alimentación con el buen estado de nuestro cuerpo físico. Si descuidamos cosas tan básicas como la comida, el descanso el cuidado del cuerpo, al final acabamos viendo resultados en nuestro bienestar.
Para poder respetar al prójimo primero debemos empezar por nosotros mismos esta ley es fundamental para no estar siempre dependiendo de los demás buscando que sean otros los que sostengan nuestra propias carencias. La luna y sus ciclos representa ese primer paso para comprender nuestro mundo emocional.
LUNA NUEVA
La luna nueva es cuando el Sol se sitúa detrás de la luna desde nuestra perspectiva terrestre. La luz solar cae por completo sobre la cara oculta y la cara próxima a la tierra queda totalmente a oscuras y no se ve desde la Tierra. A este periodo desde un punto de vista astrológico se le conoce también como conjunción. La luna y el sol pueden estar en conjunción solamente una vez al mes, la luna nueva concentra todo su potencial, nos marca el inicio de un nuevo ciclo. La luna nueva representa la unión del sol y la luna. En esta unión se desarrolla una potente energía generadora.
Este es el mejor momento del mes para marcarnos nuevos propósitos y de este forma aprovechar la energía de comienzo. En este momento el organismo está más predispuesto a la desintoxicación. En esta luna tenemos la energía de nuestra parte para todo lo que implique emprender algo nuevo.
Podemos aprovechar para dejar hábitos nocivos para nuestra salud e introducir otros nuevos y más orgánicos. Es una fase lunar donde podemos encontrar más paz interna, nos sentimos más conectados con nosotros como para detectar nuestra carencias. También es momento para descansar y recuperar energías para afrontar el nuevo ciclo.
LUNA CRECIENTE
A medida que la fase lunar pasa de nueva a creciente también va creciendo su luz, el cuerpo también está más predispuesto a crecer y expandirse. En esta fase nuestros proyectos empiezan a germinar se empieza a ver la luz. Días adecuados para reponer energías y recuperar fuerzas, asimilamos mejor los nutrientes, este no sería buen momento para comenzar una dieta. El cuerpo está más receptivo y preparado para asimilar todo cuanto se come, se bebe o se aplica sobre la piel. También podemos recuperarnos con más facilidad de estados carenciales. Sin embargo, si algo nos sienta mal o se produce una intoxicación por cualquier motivo, puede ser más exagerada y difícil de eliminar que en otras fases lunares.
LUNA LLENA
La luna está llena de luz y en oposición al sol. La luz del sol le está llegando de forma directa y nos permite ver una de sus caras totalmente iluminada. Este es un momento de culminación o de revelación. Es hora de revisar los proyectos que tenemos en marcha para poder valorar si son viables o deberíamos descartarlos completamente. Esta lunación también agita mucho nuestras emociones, tenemos que tener paciencia con nosotros mismos ya que podemos reaccionar de forma desmesurada y con mucha facilidad. Por eso debes vigilar tus emociones, ya que en luna llena están a flor de piel y sus efectos sobre el organismo son directos. Hay mayor tendencia a trastornos psicosomáticos. Los tejidos corporales también están sometidos a la máxima presión, mientras la razón y los sentimientos están más distanciados. El cuerpo tiene más predisposición a retener líquidos y de ahí el conocido efecto embriagador de las lunas llenas. También hay que tener más moderación con la comida, porque el cuerpo tiene una especial sensibilidad. Las mareas biológicas que ejerce esta fase lunar repercuten sobre el sistema nervioso.
No conviene empezar dietas par adelgazar. Hay que tener más cuidado con los posibles efectos secundarios de vacunas y cualquier medicamento. Es un buen momento para la práctica de ejercicios que nos lleven a la relajación y el contacto con nosotros mismos y nuestro cuerpo.
LUNA MENGUANTE
Mientras la luna va perdiendo luz, el cuerpo también tiene más tendencia a desprenderse de todo lo que le sobre. Puede ser un buen momento para hacer limpieza en el hogar y tirar lo que ya no nos sirve. Ahora es momento para reflexionar y dejar ir lo que ya no va con nosotros. Después de haber almacenado energías en los catorce días que la luna ha estado creciendo en luz, los otros catorce días que van de luna llena a luna Nueva son buenos para usar la energía, para hacer esfuerzos y sudar. El cuerpo está más preparado para eliminar toxinas y limpiarse. Podemos empezar una dieta desintoxicante complementando con muchos alimentos antioxidantes. Es una buena etapa para purificar el organismo. Los procesos curativos a eliminar algún foco infeccioso o reducir hinchazones y puntos irritados funcionaran mejor.
Hacer deporte o actividades que exijan esfuerzo y resistencia. Beber agua en abundancia, porque el cuerpo suda más y ayuda a limpiar el organismo. Hacer limpiezas de cutis y eliminar impurezas de la piel.