Los cuatro cuadrantes en la carta natal

Una carta natal está dividida en 4 cuadrantes. Cada cuadrante abarca tres casas astrológicas, sumando un total de 12 casas en toda la carta natal. Cada cuadrante ofrece información específica sobre diversas áreas de la vida de una persona y cómo interactúa con ellas a lo largo de su existencia.

El primer cuadrante corresponde a las casas 1, 2 y 3. Es el impulso.

El primer cuadrante de una carta natal representa las casas astrológicas 1, 2 y 3. La casa 1 está relacionada con la personalidad y la apariencia física, la casa 2 se asocia con los recursos materiales y la autoestima, mientras que la casa 3 está vinculada con la comunicación, el aprendizaje y los hermanos.

El primer cuadrante de una carta natal provee información sobre la personalidad. Vemos la forma en que una persona se presenta al mundo, como son sus valores, recursos materiales, comunicación, aprendizaje. También es el área de las relaciones con los hermanos, entre otros aspectos. Este cuadrante ofrece información detallada sobre cómo una persona se desenvuelve en la vida cotidiana.

Este sector se vincula con el individuo y su propio mundo. Aquí, el enfoque está en preservar la vida. Se manifiesta una tendencia a enfrentar los desafíos del entorno desde una perspectiva de supervivencia. Las motivaciones se basan en el instinto de autodefensa, adoptando las necesarias medidas de seguridad y protección. Se observa, se aprende y se busca dominar la vida. La visión es objetiva y la actitud es defensiva. La motivación principal es conservar. Cuando hay planetas en este cuadrante, suelen desempeñar roles para preservar la vida orientados hacia la acción, siendo impulsivos en su energía.

El segundo cuadrante corresponde a las casas 4, 5 y 6. El instinto.

El segundo cuadrante en una carta natal incluye las casas 4, 5 y 6. Estas casas se relacionan con aspectos como la vida familiar, el hogar y las raíces (casa 4), la creatividad, el romance, los placeres y la expresión personal (casa 5), así como la salud, el trabajo diario y las rutinas (casa 6). Este cuadrante revela información sobre la vida emocional, la forma en que nos expresamos de forma creativa, nuestras relaciones familiares, y cómo gestionamos el trabajo y la salud en la vida cotidiana.

Este cuadrante simboliza la parte subconsciente influenciada por lo colectivo y por las relaciones cercanas. Aquí se reflejan los comportamientos que se arraigan en la infancia y juventud, moldeados por la sociedad, cultura, familia, etc. Estos patrones son producto de la educación y las influencias del entorno, incluyendo normas del hogar y experiencias con figuras autoritarias como maestros. A partir de todas nuestras vivencias, desarrollamos preferencias y también aversiones. Con el tiempo grabamos estas respuestas emocionales y reacciones. En el día a día solemos activar nuestro bagaje cultural y social, reaccionando de forma instintiva debido a todo lo vivido. La actitud predominante es defensiva y se resalta la dimensión emocional en este cuadrante.

El tercer cuadrante engloba las casas 7, 8 y 9. El pensamiento.

El tercer cuadrante de la carta natal incluye las casas 7, 8 y 9. Estas casas se relacionan con las asociaciones tanto cercanas como lejanas. También encontramos aquí el área de relaciones íntimas y de pareja (casa 7). Los recursos compartidos, transformación personal y sexualidad (casa 8), así como los viajes, la filosofía de vida, la educación superior y la expansión mental (casa 9). Este cuadrante proporciona información sobre las relaciones personales, la profundidad emocional, los cambios internos, y cómo buscamos la expansión mental y espiritual en la vida.

En el tercer cuadrante, emergemos hacia el plano consciente. Aquí, reconocemos al “otro” de manera consciente, generando una actitud de adaptación. La consciencia adquirida nos permite enfrentarnos a otros individuos y todo lo referente a la sociedad humana. Somos capaces de buscar formas de convivir estableciendo criterios para valorar las relaciones.

En este espacio se forjan acuerdos de cooperación, pactos de protección y lealtad. En el segundo cuadrante nuestras respuestas son instintivas, moldeadas por el entorno, pero al entrar al tercer cuadrante, tratamos de actuar por cuenta propia, intentando satisfacer las demandas del entorno.

Aquí se conforma nuestro sistema de pensamiento. Procuramos unificar diferentes puntos de vista e intereses en una estructura que nos resulte coherente. A partir de aquí podemos generar acuerdos con otros. Es un área donde también creamos nuestro propio sistema de pensamiento estructurado, valores, religión. Reconocemos leyes objetivas.

El cuarto cuadrante engloba las casas 10, 11 y 12. El ser.

El cuarto cuadrante de una carta natal incluye las casas 10, 11 y 12. Estas casas astrológicas están relacionadas con la posición social, la carrera profesional y la imagen pública (casa 10). Las amistades, la participación en grupos y comunidades (casa 11). Es el área donde tenemos experiencias subconscientes, ser recoge, espiritualidad y el karma (casa 12). Este cuadrante proporciona información sobre cómo percibimos nuestra posición en la sociedad. Aquí definimos las ambiciones profesionales. Esta zona es donde podemos medir la relación con grupos y amigos. Es nuestro mundo interior, las experiencias subconscientes y la espiritualidad.

En este espacio, lo crucial es la consciencia, el conocimiento consciente de uno mismo. Desde aquí, entendemos nuestra identidad, esencia y ubicación en el mundo. Este cuadrante representa el lugar donde el yo se ha moldeado a sí mismo; hemos evolucionado a través de la conciencia adquirida y las experiencias vividas. Es el terreno de la individualidad consciente.

En esta zona, tenemos la capacidad de reconocer y procesar de manera consciente lo que nos ocurre, ya que nos liberamos de reacciones impulsivas e instintivas. Podemos operar en un nivel más elevado de conexión espiritual. La autoconciencia unifica la consciencia individual con la universal, permitiéndonos alcanzar el nivel del ser.